EL REINO DE LA VIDA
- Luisa Coelho
- 11 ago
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Autor: Antonio M.F.
CAPÍTULO 7. EL PARAÍSO DE LA SABIDURÍA
Se puede alcanzar la claridad y la sabiduría huyendo del mundo y de sus teorías. Todo cuanto tiene aliento de vida, todo tiene forma corpórea. Este concepto de la vida excluye, radicalmente, otra forma de existencia que no sea antropomorfa.
“Hase dicho que el hombre es un animal evolucionado y un ángel involucionado; frase que encierra toda la metafísica del origen del hombre.
Pero este ‘ángel’ o ‘espíritu involucionado’ (o infundido) en el cuerpo de un animal, actor y modelador de éste, ¿dónde y cómo empezó su carrera por el mundo de las formas? He aquí el otro gran problema con el que tenemos que enfrentarnos. Para ello voy a partir de las siguientes tesis, como instrumento de trabajo, que en realidad no tienen más pretensiones que las de humilde hipótesis, que hemos de compulsar con las correspondientes antítesis, para llegar, si puedo, a la anhelada síntesis:
1ª – El hombre primitivo no es el hombre de las cavernas; no es el hombre pitecoide encontrado por Dubois en Java, ni el protocantropo de Heidelberg, ni el más evolucionado de Neanderthal como sugiere la Paleontología. Tampoco lo es Adán, el hombre del Paraíso, como pretende la Biblia. Existió una humanidad anterior a Adán, un hombre preadamítico que no tiene inconveniente en ser admitido por la Religión y mucho menos por la antropología científica.
2ª – El hombre no desciende de especies animales inferiores a él, sino que la humanidad constituye un género con evolución propia.
3ª – La calidad humana, fundamentalmente, no estriba en caracteres del cuerpo, sino en contextura del alma. El cuerpo es una consecuencia.
4ª- El origen de las razas humanas está íntimamente ligado con las distintas etapas de la evolución del género humano, tanto por lo que afecta al desarrollo del cuerpo como a la formación de su alma.
Este ensayo mío que de ninguna manera puede ni debe tener carácter dogmático, es un ensayo sincrético que pretende dar a cada cual su parte de razón en la solución del problema. Problema oscuro que no puede resolverse con deducciones sobre la simple observación de restos paleolíticos o neolíticos, ni con la exclusiva interpretación de leyendas y mitos, ni con la ciega aceptación de verdades reveladas”.
La evolución especigenética.
Ensayos filosóficos (Eduardo Alfonso)
“Aviso a los soberanos de la tierra. A quienes ama la sabiduría y de quienes huye. La muerte viene del hombre, no de Dios.
Amad la justicia, vosotros los que juzgáis o gobernáis la tierra. Sentid bien del Señor, y buscadlo con sencillez de corazón; porque los que no lo tientan con sus desconfianzas, esos lo hallan, y se manifiesta a aquellos que en Él confían. Pues los pensamientos perversos apartan de Dios, cuyo poder puesto a prueba redarguye a los necios.
Así es que no entrará en alma maligna la sabiduría, ni habitará en el cuerpo sometido al pecado, porque el Espíritu Santo que la enseña, huye de las ficciones, y se aparta de los pensamientos desatinados, y se ofenderá de la iniquidad que sobrevenga.
Ciertamente que siendo como es el espíritu de la sabiduría todo bondad, no dejará sin castigo los labios del maldiciente: porque Dios es testigo de sus afectos interiores, y escudriñador infatigable de su corazón, y entendedor de su lenguaje.
Por cuanto el Espíritu del Señor llena el mundo universo; y como comprende todas las cosas, tiene conocimiento de todo, hasta de una voz.
Por eso el que habla cosas malas no puede escondérsele, ni escapará del juicio vengador.
Pues se le interrogará al impío hasta sobre sus pensamientos; y llegarán a los oídos de Dios sus palabras y obras para castigo de sus maldades.
Porque la oreja celosa de Dios todo lo oye; ni encubrírsele puede el ruido o susurro de las murmuraciones.
Guardaos, pues, de la murmuración, la cual de nada aprovecha, o daña mucho y refrenad la lengua de toda detracción; porque ni una palabra dicha a escondidas se irá por el aire; y la boca mentirosa da muerte al alma.
No os afanéis en acarrearos la muerte con el descamino de vuestra vida; ni os granjeéis la perdición con las obras de vuestras manos.
Porque no es Dios quien hizo la muerte, ni se complace en la perdición de los vivientes.
Criólo todo a fin de que subsistiera eternamente en su presencia; saludables hizo Él todas las cosas que nacen en el mundo; nada había en ellas de ponzoñoso ni nocivo; el infierno o la muerte no reinaba entonces en la tierra.
Puesto que la justicia es de suyo perpetua e inmortal.
Más los impíos con sus hechos y palabras llamaron a la muerte; y reputándola como amiga, vinieron a corromperse hasta hacer con ella alianza, como dignos de tal sociedad”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 1:1-16
Biblia de Félix Torres Amat
La base de toda la sabiduría es, al fin y al cabo, el gran polo que está más allá de la vanidad. La inquietud por la sabiduría debe empezar por buscar el principio fundamental de la concepción del hombre. La vía que conduce al esclarecimiento de esta oscuridad misteriosa se sitúa en la esfera de la supraconciencia. La esencia de la conciencia es la semilla que se siembra haciendo rodar la rueda de la vida. Y si no es así, la sabiduría es imposible aprehenderla, verla o escucharla, por mucho que uno lo intente. La gran virtud de la conciencia es el saber reconocer las cosas. El universo de las cosas se nos muestra a lo largo de la vida y pasa por delante de nosotros, pero si no lo reconocemos, éste pasa de largo.
La sabiduría no quiere poseer, sino inundar, y aspira a poder comprender la obra maestra de la madre eterna, que no para de hilar y hacer brotar sus creaciones. Para ser conscientes de este proceso creacionista, hay que despertarse para descubrirlo. Por lo tanto, el movimiento despierta al hombre de su letargo. Es el alimento de aquello que le falta. Las fórmulas contenidas en la rueda de la vida son aquellas que te conducen a la magia de la sabiduría, porque te hacen ser consciente de ella.
“Tales cosas idearon los impíos, y tanto desatinaron, cegados de su propia malicia.
Y no entendieron los misterios de Dios, ni creyeron que hubiese galardón para el justo, ni hicieron caso de la gloria reservada a las almas santas.
Porque Dios crió inmortal al hombre, y formóle a su imagen y semejanza; más por la envidia del diablo entró la muerte al mundo.
E imitan al diablo los que son de su bando.”
Libro de la Sabiduría, Capítulo 2:21-25
Biblia de Félix Torres Amat
No se puede construir el nuevo hombre si no hay una transformación continua y vinculada al contexto de la vida natural, resituándolo en nuevos paradigmas. De ello se deduce que la sabiduría necesita de un modelo de vida para poder lucirse.
“Así discurren en el infierno los pecadores.
Porque la esperanza del impío es como la pelusa o polvo que arrebata el viento; o cual espuma ligera que la tempestad deshace; o como humo que disipa el viento; o como la memoria del huésped que va de paso y sólo se detiene un día.
Al contrario, los justos vivirán eternamente, y su galardón está en el Señor, y el Altísimo tiene cuidado de ellos”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 5:14-16
Biblia de Félix Torres Amat
El ser humano puede haber venido al mundo con un cuerpo nuevo, pero con un alma vieja, que reúne su naturaleza esencial de forma objetiva. Dios maneja así la vida, sin reticencia y con seguridad, sacándote de la muerte. Quien posee la gracia de Dios no morirá y su vida será eterna.
“Una misma, pues, es para todos la entrada a la vida, y semejante es la salida.
Por esto deseé yo la inteligencia, y me fue concedida; e invoqué del Señor el espíritu de la Sabiduría, y se me dió, y la preferí a los reinos y tronos, y en su comparación tuve por nada las riquezas, ni parangoné con ellas las piedras preciosas; porque todo el oro, respecto de ella, no es más que una menuda arena, y a su vista la plata será tenida por lodo”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 7:6-9
Biblia de Félix Torres Amat
La enfermedad obliga al ser humano a buscar el camino de la sabiduría. Por lo general, él aborda la enfermedad como los ladrones, robándole al cuerpo aún más salud, porque combate la enfermedad con aquello que le trastorna y le convierte en un ser enfermizo, mecánico y artificial, aniquilando toda posibilidad de ir más allá después de la muerte.
“Considerando yo esto para conmigo y revolviendo en mi corazón cómo en la unión con la sabiduría se halla la inmortalidad, y un santo placer en su amistad, e inagotables tesoros en las obras de sus manos, y la prudencia en el ejercicio de conversar con ella, y grande gloria en participar de sus razonamientos, andaba por todas partes buscando como apropiármela.
Ya de niño era yo de buen ingenio, y me cupo por suerte una buena alma.
Y creciendo en la bondad pude conservar inmaculado mi cuerpo.
Y luego que llegué a entender que no podría ser continente, si Dios no me lo otorgaba (y era ya efecto de la sabiduría el saber de quién venía este don), acudí al Señor, y se lo pedí con fervor, diciendo de todo mi corazón”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 8:17-21
Biblia de Félix Torres Amat
El ser humano está enfermo. La enfermedad es expresión de su ignorancia. Todo ello proviene de la exagerada proliferación del ego. Y cuanto más cueste conseguirlo, más ignorante se torna, produciendo desórdenes en el organismo por mor de la locura del saber: su imaginación, su alimentación, su medicina, sus sonidos, sus deportes, sus delicias sólo son fantasmagorías de la apariencia, que desvía el corazón humano de la vida natural verdadera.
“Oración humilde de Salomón pidiendo a Dios la sabiduría:
Oh Dios de mis padres y Señor de misericordia, que hiciste todas cosas por medio de tu palabra, y con tu sabiduría formaste al hombre, para que fuese señor de las criaturas que tú hiciste, a fin de que gobernase la redondez de la tierra con equidad y justicia, y ejerciese el juicio con rectitud de corazón; dame aquella sabiduría que asiste a tu trono; y no quieras excluirme del número de tus hijos”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 9:1-4
Biblia de Félix Torres Amat
El hombre empieza a curarse cuando encuentra el verdadero camino de la curación. Hay que retornar a la Naturaleza para ello, con las fórmulas alquinaturistas, siendo dueño de los desórdenes orgánicos, en vez de esclavo de ellos.
En la gran ciencia de la vida se tratan la ignorancia y la vanidad al mismo tiempo. Lo decisivo es que los seres humanos no cieguen las fuentes de la vida por causa de los fármacos.
“Locura de aquellos que adoraron como dioses las obras de Dios, y los ídolos hechos de manos de los hombres.
Vanidad, y no más, son ciertamente todos los hombres en quienes no se halla la ciencia de Dios; y que por los bienes visibles no llegaron a entender al Ser Supremo, ni considerando las obras reconocieron al artífice de ellas; sino que se figuraron ser el fuego, o el viento, o el aire ligero, o las constelaciones de los astros, o la gran mole de las aguas, o el sol y la luna los dioses gobernadores del mundo.
Que si encantados de la belleza de tales cosas las imaginaron dioses, debieron conocer cuánto más hermoso es el dueño de ellas; pues el que crió todas estas cosas es el autor de la hermosura”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 13:1-3
Biblia de Félix Torres Amat
El ser humano se redime tal como vence la enfermedad. Pero debe saber que las hostilidades de los síntomas no terminan venciendo una enfermedad, porque allí donde se establece la salud prospera otra enfermedad. Lo que permite evitar la guerra de los síntomas es una medicina supresiva. De esto surgen las grandes enfermedades crónicas.
“Acción de gracias a Dios por haber preservado a Israel de la idolatría. Ceguedad de los idólatras, e invectivas contra ellos.
Empero tú, oh Dios nuestro, tú eres benigno y veraz, y sufrido, y todo lo gobiernas con misericordia.
Porque si pecáremos, tuyos somos, sabiendo, como sabemos, tu poder y grandeza; y si no pecamos, sabemos que nos cuentas en el número de los tuyos o de tus amigos.
Porque el conocerte a ti con fe viva es la perfección de la justicia, y el conocer o confesar tu justicia y poder es la raíz de la inmortalidad”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 15:1-3
Biblia de Félix Torres Amat
Para alcanzar la salud hay que hacer algo más que luchar contra la enfermedad. Conviene también cambiar la forma de vida y las costumbres morbosas, y poder integrarse de modo activo en el conjunto de la vida natural. Es así como van surgiendo las interioridades que nos llevan a la sabiduría.
“Circunstancias memorables de las horrendas tinieblas de Egipto.
Grandes son, ¡oh Señor!, tus juicios, e inefables tus obras. Por eso las almas privadas de la ciencia o luz celestial, cayeron en error.
Pues cuando los inocuos egipcios se persuadían poder oprimir al pueblo santo, fueron ligados con cadenas de tinieblas y de una larga noche, encerrados dentro de sus casas, y yaciendo en ellas como excluidos de la eterna Providencia; y mientras creían poder quedar escondidos con sus negras maldades, fueron separados unos de otros con el velo tenebroso del olvido, llenos de horrendo pavor, y perturbados con grandísimo asombro”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 17:1-3
Biblia de Félix Torres Amat
La sabiduría es como una puerta que, por un lado, tiene escrita la palabra salud y, por el otro, inmortal.
La elevación, la gloria y la felicidad es lo que nos espera, la meta a lo que se aspira, desprendiéndose del mundo de aquí abajo.
“Puesto que su inhospitalidad fue mucho más inhumana que la de los de Sodoma. Porque si estos no acogieron a unos forasteros desconocidos, los egipcios, a huéspedes sus bienhechores los reducían a la esclavitud.
Ni es de considerar solamente esto, sino que hay otra diferencia en aquellos de Sodoma, y es que ya hospedaban de mala gana a unos extraños; mas estos afligían con cruelísimos trabajos a los mismos que habían acogido con alegría, y que vivían bajo de las mismas leyes”.
Libro de la Sabiduría, Capítulo 19:13-15
Biblia de Félix Torres Amat
La enfermedad es un estado que indica que el individuo vive los problemas más profundos del sufrimiento y de la muerte. Para él también el mundo manifestado es un sueño ilusorio. Vive en las profundidades del consciente, intervenido bajo la tutela del diablo. El creerse libre en este mundo es la exclusiva fuente de todos los males, y constituye el núcleo del gobierno de Satanás.
Hay que ser prudente al dar la razón a las teorías del mundo, porque ellas enriquecen a los vendedores de ataúdes.
EL ALMA MÉDICA
“Que la sabiduría tiene su origen de Dios, cuyo santo temor y amor la acompaña siempre, y por consiguiente también las demás virtudes.
Toda sabiduría viene del Señor Dios, y con él estuvo siempre y existe antes de los siglos.
¿Quién ha contado las arenas del mar, y las gotas de la lluvia, y los días de los siglos que durará el mundo? ¿La altura del cielo, y la extensión de la tierra, y la profundidad del abismo quién la ha medido?
Pues y la sabiduría de Dios, la cual precede a todas las cosas, ¿quién es el que la ha comprendido?
La sabiduría fue creada o engendrada ante todas las cosas, y la luz de la inteligencia existe desde la eternidad.
El Verbo de Dios en las alturas es la fuente de la sabiduría, y sus corrientes los mandamientos eternos.
¿El origen de la sabiduría a quién ha sido revelado?; ¿ni quién conoce sus trazas o arcanos?
¿El arte con que obra la sabiduría, a quién ha sido jamás descubierto y manifestado?; ¿ni quién pudo entender la multiplicidad de sus designios?”.
Libro del Eclesiástico, Capítulo 1:1-7
Biblia de Félix Torres Amat
El espíritu del médico vitalista, (interno), es un fenómeno en sí mismo. Esta capacidad de su espíritu es una proyección de su alma médica, y su naturaleza es un influjo energético que restablece la información de la biomemoria, estando ésta restringida tanto en las neuronas madres, que controlan y dirigen todos los sistemas, como en el 1 Vis Medicatrix, órgano que posee un mapa somatotópico de la biomemoria de todos los sistemas y que actúa como copia de seguridad en el caso de haber perdido estos dicha información.
El nacimiento de todas las cosas a partir del Verbo posibilita la identificación por parte del sabio, quien, en su búsqueda de la sabiduría, consigue encontrar su esencia. El amor hacia aquello que constituye el Cielo debe entenderse como el ‘orbis’ espiritual o divino.
A la búsqueda se contesta con VIDA y ésta es corroborada con el tiempo.
“Con qué espíritu debemos servir al Señor y sufrir por él. Efectos del temor de Dios.
Hijo, en entrando en el servicio de Dios, persevera firme en la justicia y en el temor, y prepara tu alma para la tentación.
Humilla tu corazón, y ten paciencia; inclina tus oídos, y recibe los consejos prudentes, y no agites tu espíritu en tiempo de la oscuridad o tribulación.
Aguarda con paciencia lo que esperas de Dios. Estréchate con Dios, y ten paciencia, a fin de que en adelante sea más próspera tu vida.
Acepta gustoso todo cuanto te enviare, y en medio de los dolores sufre con constancia, y lleva con paciencia tu abatimiento.
Pues al modo que en el fuego se prueba el oro y la plata, así los hombres aceptos a Dios se prueban en la fragua de la tribulación”.
Libro del Eclesiástico, Capítulo 2:1-5
Biblia de Félix Torres Amat
La verdad es el camino de los desengaños, y la enfermedad es el resultado de la mentira. Más vale hacer de humilde que jugar a ser un entendido, porque entonces la pena capital del tiempo estará esperando, tal como espera a las bestias de la tierra, y tanto uno como otro van al mismo lugar.
La única purificación posible es aquella que te lleva a ordenarte con la Naturaleza en la corriente de cada tiempo.
“De la honra debida a los padres; alábase la modestia y mansedumbre; repréndase la curiosidad en la inteligencia de los divinos misterios; se nos recomienda la misericordia y la compasión para con el prójimo.
Los hijos o discípulos de la sabiduría forman la congregación de los justos; y la estirpe o índole de ellos, no es otra cosa que obediencia y amor.
Escuchad, hijos, los preceptos de vuestro padre, y hacedlo así si queréis salvaros.
Porque Dios quiso que el padre sea honrado de los hijos, y vindica y confirma la autoridad de la madre sobre ellos.
Quien ama a Dios alcanzará el perdón de los pecados, y se abstendrá de ellos; y será oído siempre que lo ruegue.
Como quien acumula tesoros, así es el que tributa honor a su madre.
Quien honra a su padre, tendrá consuelo en sus hijos, y al tiempo de su oración será oído”.
Libro del Eclesiástico, Capítulo 3:1-6
Biblia de Félix Torres Amat
La enfermedad es la señal de que el ser humano tiene pecado. La transformación de las enfermedades reside en el desarrollo progresivo de dicha enfermedad. Por esta razón, es importante conocer la etiología de la misma si se quiere acabar con ella. Es por ello que no se puede curar y transgredir al mismo tiempo.
“Inculca la limosna y el estudio de la sabiduría, y encarga mucho la defensa de la verdad.
Hijo, no defraudes al pobre de su limosna; ni vuelvas a otra parte tus ojos por no verlo.
No desprecies al que padece hambre, ni exasperes al pobre en su necesidad.
No aflijas el corazón del desvalido, ni dilates el socorro al que se halla angustiado.
No deseches el ruego del atribulado ni tuerzas tu rostro al menesteroso.
No apartes desdeñosamente tus ojos del mendigo, irritándolo; ni des ocasión a los que te piden de que te maldigan por detrás.
Porque escuchada será de Dios la imprecación del que te maldijere en la amargura de su alma; y oírlo ha su Criador.
Muéstrate afable a la turba de los pobres, y humilla tu corazón al anciano, y baja tu cabeza delante de los grandes.
Inclina sin desdén tu oído al pobre, y paga tu deuda, y respóndele con benignidad y mansedumbre”.
Libro del Eclesiástico, Capítulo 4:1-8
Biblia de Félix Torres Amat
Una limosna puede ser de gran ayuda a un necesitado. Las vivencias de algunas personas son disposiciones de un mundo gobernado por los dioses de las tinieblas y cómo estos dioses disponen de la vida de la gente asignándoles una forma de vivir.
“Contra la vana confianza en las riquezas y en la misericordia de Dios para pecar con más libertad; y contra otros vicios.
No pongas tu confianza en las riquezas inicuas, y no digas: Tengo lo bastante para vivir; porque de nada te servirá eso al tiempo de la divina venganza y de la oscuridad de la muerte.
Cuando seas poderoso, no sigas los depravados deseos de tu corazón; ni andes diciendo: ¡Gran poder es el mío! ¿Quién podrá hacerme dar razón de mis acciones?, pues Dios segurísimamente tomará de ti terrible venganza.
Tampoco digas: Yo pequé; ¿y qué mal me ha venido por eso? Porque el Altísimo, aunque paciente y sufrido, da el pago merecido.
Del pecado perdonado no quieras estar sin temor ni añadas pecados a pecados.
No digas: ¡Oh, la misericordia del Señor es grande!; él me perdonará mis muchos pecados.
Porque tan pronto como ejerce su misericordia, ejerce su indignación, y con ésta tiene fijos sus ojos sobre el pecador”.
Libro del Eclesiástico, Capítulo 5:1-7
Biblia de Félix Torres Amat
Es fácil imaginar lo bien que estaría el individuo sin aspiraciones obcecadas, ya sea a las ganancias, al estudio o a las cosas superficiales, porque así no es de extrañar que puedan llegarle tiempos de declive.
“Elogio de la verdadera amistad. Cuán arduo es el conseguir la sabiduría, y con cuánta ansia debe buscarse.
No quieras hacerte en vez de amigo, enemigo del prójimo; porque el hombre malvado tendrá por herencia oprobio y la ignominia, particularmente todo pecador envidioso, y de lengua doble o falsa.
No te dejes llevar de pensamientos altivos, a modo de toro soberbio que a todo embiste; no sea que tu animosidad se estrelle por causa de tu locura; y coma ésta tus hojas, y eche a perder tus frutos, y vengas a quedar como un árbol seco en medio del desierto.
Porque el alma maligna arruinará a aquel en quien reside, y le hará objeto de complacencia para sus enemigos, y le conducirá a la suerte o paradero de los impíos.
La palabra dulce multiplica los amigos, aplaca a los enemigos; y la lengua graciosa vale mucho en un hombre virtuoso.
Vive en amistad con muchos; pero toma a uno entre mil para consejero tuyo.
Si quieres hacerte con un amigo, sea después de haberlo experimentado, y no te entregues a él con ligereza.
Porque hay amigo que sólo lo es cuando le tiene cuenta, y no persevera tal en el tiempo de la tribulación.
Y amigo hay que se trueca en enemigo; y hay tal amigo que descubrirá el odio, las contiendas y los dicterios.
Hay también algún amigo, compañero de mesa; el cual en el día de la necesidad ya no se dejará ver.
El amigo, si es constante, será para ti como un igual, e intervendrá con confianza en las cosas de tu casa”.
Libro del Eclesiástico, Capítulo 6:1-11
Biblia de Félix Torres Amat
La sombra que posee alguna gente es el mayor enemigo del ser humano. Por el contrario, la honestidad de las personas no es más que un medio de brillar en la plenitud de sus propias acciones.
LA EXPRESIÓN DE LA VERDAD
Dentro de la fragua suenan los metales, y dentro del corazón deben sonar las verdades. Quien maneja así la vida es como un niño que escucha la Naturaleza, siendo dueño de la vida, en vez de ser esclavo de ella.
“Jehová Dios mío, en ti he confiado; sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame, no sea que desgarren mi alma cual león, y me destrocen sin que haya quien me libre.
Jehová Dios mío, si yo he hecho esto, si hay en mis manos iniquidad; si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (antes he libertado al que sin causa era mi enemigo), persiga el enemigo mi alma, y alcáncela; huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo. Selah.
Levántate, oh Jehová, en tu ira; álzate en contra de la furia de mis angustiadores, y despierta en favor mío el juicio que mandaste”.
Plegaria pidiendo vindicación - Salmos 7:1-6
Quienes viven dentro de la mentira están continuamente desconcertados. Incluso los mentirosos más poderosos son personas siniestras; ganan con la mentira, pero no consiguen paz interior, porque allí donde se establecen las argucias prosperan los espinos y los cardos. Lo que permite evitar los conflictos y las guerras son las buenas relaciones entre la gente, los pueblos y los estados. Las estrategias donde priman las mentiras son las que sirven a un mundo de desigualdades, de hambre, de conflictos y de guerras.
“Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en tu monte santo?
El que anda en integridad y hace justicia, y habla verdad en su corazón.
El que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni admite reproche alguno contra su vecino.
Aquellos a cuyos ojos el vil es menospreciado, pero honra a los que temen a Jehová.
El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia; quien su dinero no dio a usura, ni contra el inocente admitió cohecho”.
Los que habitarán en el monte santo de Dios - Salmos 15:1-5
Después de un tiempo, la vida se acaba. Y ésta, si ha estado exenta de aspiraciones dirigidas a cambiar el mundo, y se hizo oídos sordos a la voz de los pobres y oprimidos, (ello constituye la doctrina de los mortales por donde penetra el príncipe de las tinieblas con la magia de la ceguera), te llevará directamente al polvo de la tierra.
Hércules loco
Yo, el Hércules loco, que reina en las desgracias. Ésta es, en efecto, la función que se me ha asignado, con un dragón que siempre anda al acecho y con los santuarios del altísimo Cielo resignados.
Viéndome en el desierto echado, voy perdiendo las batallas con mis rivales, y tengo que vivir en el ocaso de las lenguas acusadoras.
Pero me estoy resintiendo de heridas ya viejas dentro del alma, por haber sufrido la orden apocalíptica que se llevara el clavel más pequeño de mi casa. Así mi rabia se ha ido convirtiendo en sueños agitadores.
Por donde el día vuelve a traer el Sol, sigue trayendo los demonios; y la luna sigue sin llenarse de sangre, para venganza de mis acusadores.
Monstruos no me faltan que me ataquen, y esperando están verme como un árbol caído.
La noche de los infiernos del Juez destruirá el pacto de la sombra, y dejarán de jactarse de las desgracias de aquellos que obran en las buenas acciones con la Naturaleza, porque ahora andamos amarrados y cargados de cadenas.
Ya he visto varias veces esfumarse la vida y temblar la verdad. Puso el pacto de Dios la cabeza de algunos, y doblegaron. El peso de la inmensa mole de Satanás pudo con ellos.
Adelante ira, adelante. No reprimas tus grandes ansias de venganza. Entabla con el dragón combate y despedázalo con tu tálamo. ¡Oh Dios, no encomiendes a otro la justicia! Hasta que llegue la hora me estaré preparando, como un gladiador que salta a la arena.
Andan ahora soberbios en sus mansiones celestiales, despreciando a los seres humanos. Creen, en su altivez, que van a ganar la batalla. Pero, desde lo más hondo del poderoso reino de Dios, vendrá la gran venganza y su impiedad feroz, que harán lamerse su propia sangre, y que les llevará del extravío a la locura.
Comenzad ya con sus esbirros aquí en la tierra, para que se corten esas lenguas erizadas de serpientes. Sacudid el pecho en el polvo de la tierra. Me apostaré bien, para que los dardos salgan disparados con mi arco certero.
Comienza ya a clarear el día, y parece rojo por el Oriente, y de color azafrán por Occidente.
¡Oh gran Dios, soberano del Cielo y árbitro del Universo, pon ya, de una vez por todas, fin a mis desgracias! La luz del día no ha brillado ni una sola vez con sosiego, y lo que se espera, aún no ha regresado.
No me venció la sugestión siempre célibe, y mis manos audaces siguen estando para la noble hazaña del ejercicio. No rehúyo el inmundo trabajo de las horas telefónicas, y sigo experimentando la ausencia de claridad cuando le procuro a la gente la liberación de demonios.
A la tarea que prospera con éxito la llaman virtud, y a los obedientes de la tarea de Dios les llaman santos.
¿Quién podrá llorar la pena lo suficiente?
En un mundo que fecunda tiranía de los dioses, restringido el Cielo por el yugo vergonzoso del pecado original, al menos existe un camino de regreso, aunque se bañe bajo el dominio de la negra noche de la abominación desoladora.
El torrentoso nuevo camino, luchando contra las barreras del mundo y sus encomendadas avaricias, ocultas bajo el disfraz de cordero del hombre y que arrastra a la muchedumbre, olvidada de sí misma y expuesta a la eterna noche de la muerte, es lo único que me queda.
Ninguna ciencia nos va a levantar de la ruina en la que hemos caído. Sin embargo, con casta fidelidad guarda Dios el lecho de sus hijos, y Él le da acogida con su bondad a los que deciden unirse a su doctrina.
En la injusticia rara vez la verdad brilló por sus virtudes, y por muy grande que sea el azar del hombre, la pasa por alto una vez y otra, y nunca la encuentra. La verdad no tiene nobles abuelos, ni un linaje ilustre, porque la astuta mentira se lo arrebató en la noche negra de los tiempos.
Toda la salvación del hombre está en el hierro en forma de vara golpeando sobre barro de alfarero. Porque, lo que él sabe y retiene, malicia y vanidad es.
Sólo la Esposa, uniéndose en matrimonio al Cordero, tomará brillo con su infinito linaje. Entonces, desolados los estereotipos, se llenarán los campos de amapolas, impregnando el rojo del corazón, y dispuesto éste a reblandecer y armonizar la eterna sinfonía del alma.
Me han robado a mi hermano, a mi hijo, a mi padre y a algunos de mis seguidores, y mi reino se resquebraja. Los argumentos en favor de mi causa son un camino demasiado escabroso y dispuesto a la muerte, porque la nueva boda que se nos anuncia, con la esperanza de habitar con los dioses del Cielo, sangre cuesta. Porque ahora es mejor ser esclavo que tratar de convertirse en dioses.
Los nacimientos importantes tienen que pagarse con congojas. Siempre cuesta caro que nazcas para ser un dios, que debes mover tus manos en discretas hazañas, al son viril del tamborcillo talámico, con tu frente marcada y defendiéndote de la mitra bárbara (intelectuales eclécticos). Lo que es lícito para el mundo, no lo es para Dios. Al que es desgraciado impídele que muera, y al que esté contento con el mundo, oblígalo a servir.
Hubiera podido ser venerado por el mundo y los lúgubres dioses, pero a los egos ya los he vencido. He jugado con la muerte y estoy de vuelta. Me he mirado por dentro y he hecho a otros que se miren. Nadie ha acudido en auxilio de mi casa cuando me han privado del mejor fruto que tenía, y el duelo y el dolor rechinan los dientes del negro luto.
No crecen alegres todos aquellos que ejercen su poder derribando con su mano vencedora y haciendo morder la tierra con la boca titubeante a los pobres de espíritu.
COMO NACEN LOS GITANOS
con luna de amanecer
con una vara de mimbre
vino a Sevilla a beber.
Moreno de verde luna
anda con pasos garbosos
con empavonadas cejas
y verde botella los ojos.
A la mitad de su vida
perdió su limón de oro
y de la tarde a la noche
lo llevan al calabozo.
Voces ciegas acusadoras
cerca del Guadalquivir
clavada está sobre el alma
mordisco de jabalí.
EL ILUSIONISMO INTELECTUAL
“II. El brahmanismo.
a) La Mīmāṃsā.
Es ésta la reacción brahmánica y secular personificada. Indudablemente, esta escuela de exégesis no sentiría inquietud por fundar su ciencia de los textos sobre principios filosóficos si la misma validez de los textos revelados no hubiera sido fuertemente impugnada; por lo tanto, no asombra que el primer gran texto mīmāṃsista que nos ha sido conservado después de los sūtra, el Comentario de Sabarasvāmin, no busque apenas polémica con otros filósofos brahmánicos, mientras que hace alusión a las doctrinas búdicas ya conocidas en su tiempo. Pertenece ciertamente a ese siglo V en el que la actividad filosófica india ha sido tan intensa. De lo que se conoce y de lo que se ignora, se puede inferir que es o contemporáneo o inmediatamente posterior a Vasabundhu, anterior a Bhartrhari, el filósofo de la gramática, y a Vātsyāyana, el autor del Comentario sobre los Nyāyasūtra.
La parte propiamente filosófica del Comentario de Sabara es extremadamente reducida comparada con la exposición de las reglas de interpretación de los textos védicos. Por esa razón, no se acude habitualmente, para el conocimiento de la Mīmāṃsā, más que a los textos posteriores, en los que la parte filosófica ha sido desarrollada por él mismo bajo la presión de los ataques cerrados del adversario. Sin embargo, desde la época de Sabara quedaron fijadas las posiciones esenciales del sistema.
El objeto propio de la Mīmāṃsā es el conocimiento del ábarma, es decir, de los deberes rituales de los hombres de la casta tal como están prescritos en los Brāhmana. Notemos que el dharma en sí no es objeto de examen crítico. Hay un dharma para cada hombre, o más bien para cada casta, y no puede dejar de haberlo. Es decir, que por encima del mundo visible hay un mundo de fuerzas invisibles que gobierna la suerte de los hombres, pero que los hombres pueden también en un sentido gobernar. La Mīmāṃsā, que conocía los Upanisad y los cita por necesidad para probar la existencia de ātman, rechaza sin embargo la idea de los renacimientos sucesivos y de la liberación que le es correlativa (único darsana que permanece <<védico>> en esto). El dharma tiene por única finalidad asegurar a los hombres (de casta elevada), por una actividad ritual y sacrificial bien reglamentada, la prosperidad en esta vida y el cielo después de la muerte. Es, pues, un objeto de conocimiento de naturaleza particular: un objeto real existe ya, da motivo, por contacto, a un conocimiento perceptivo, pero el dharma, que dicta lo que se debe hacer, no es una cosa considerada como existente. Es esencialmente la ley del devenir considerada únicamente bajo su aspecto de futuro. Por naturaleza, no puede dispensar de la percepción. Pero es preciso añadir inmediatamente que esto entraña la incapacidad de muchos otros pramāna (medio de conocimiento directo) para conocer el dharma: la inferencia, la comparación, la presunción (que es también un medio de conocimiento directo) requieren todos un punto de partida perceptivo”.
Fragmento de la filosofía india.
Historia de la Filosofía - El pensamiento prefilosófico y oriental (Jean Yoyotte y otros)
Para que no haya deseos exagerados que empujen hacia una sociedad de clases, es menester procurar devolver a la vida el orden de las cosas. Cuando en el mundo reina la contrariedad y el desorden, aparecen entonces los intelectuales, los iluminados, los predicadores y los pobres de espíritu. El influjo de las castas se hace notar y el eclecticismo ronda por la cabeza de los intelectuales. Ciertas causas externas contribuyen también al fenómeno de este pensamiento. Uno de los más importantes es el peregrinaje colosal al monte sagrado del Olimpo, sólo apto para cerebros supra-cognitivos, capaces de almacenar datos universitarios.
El ser absoluto, en su forma íntegra, contiene la potencialidad del mundo cuántico. No ve el mundo en blanco y negro. Y el desarrollo de los procesos cognitivos se emplean al conocimiento analógico, conceptual, intuitivo, objetivo e instintivo.
También el conocimiento del bien y del mal marca la idea clara del principio que rige la realidad de este mundo y el comienzo que genera todas las desgracias.
BOLONIA-PRUDENCIO
-Bolonia: Dioses del Olimpo. Ustedes que me enseñaron a gobernar y sobrevivir en el reino de las desgracias. Toda la impiedad que he visto y las calamidades atroces, inusitadas y horripilantes, se agitan dentro de mi mente.
Muerta estoy. Ha sacudido mis oídos la decisión de disolver mi matrimonio, que arranca a los hijos de los padres y quebranta los lazos de la felicidad familiar.
-Prudencio: Ligero es el dolor que pueda entrar en razones y que pueda mantener ocultos los grandes males que te traerá tal decisión. Detén este impulso propio de tu polarización cognitiva. Apenas pueden defenderse el conocimiento analógico e instintivo. La vanidad impuesta por el Olimpo no teme a la reflexión analógica ni instintiva, sino todo lo contrario, las aplasta.
-Bolonia: La vida así, separada, no puede quitarme mis recursos y debe darme una oportunidad.
-Prudencio: Fíate de los reinos de las veleidades y sus desafortunados criterios, que sacuden con toda clase de filosofía barata los resortes de la vida natural. Más que nada están los hombres que, habiendo sido consumidos por los dioses, se han quedado en el exilio de la operancia programada.
-Bolonia: Hombres sin almas es lo que hasta ahora he podido encontrar.
-Prudencio: Se han ido los hombres verdaderos, y los que quedan parecen como salidos de flores mortíferas. Unos, con el frenesí enloquecido, intentan llegar al Olimpo, y otros, maldecidos con la cognición educativa en negro. Unos ya altaneros disfrutando de sus vanidades y otros turbados por los vientos del Olimpo que decidieron que fueran perdedores o afiliados al sindicato. Todos ellos alejados de la melodía musical del Verbo e inmersos en el tam-tam roquero, con el número de la bestia en la mano derecha y en su frente.
-Bolonia: El horror ha empezado a sacudir mi corazón, mis miembros están fríos y mi ira vuelve a la plenitud.
-Prudencio: Aléjate de los estereotipos que te dieron tu cetro. Aliméntate de ellos, pero no vivas con ellos. Prepara una hoguera funeraria y termina de una vez con todo. Disfruta lentamente de lo que te ofrece la divina providencia.
LA CIENCIA
Ahí tenéis la gloria de sus altas murallas. No se ve el Cielo, pero se ignora. Tienen bastante con las ilustres hazañas en torno a la tecnología, aunque no dejen de rociar con una cruel contaminación los nobles resortes del planeta.
El poder basado en la violencia nadie ha conseguido retenerlo mucho tiempo. Pero los dioses del ego son demasiado poderosos, y el azar arrastra consigo todo el devenir de la tecnología moderna. Y ni la mejor de las riendas es capaz de reconducir las buenas costumbres antañas, ni parar el reloj del día que corre frenéticamente, o ir a visitar a tu tío, que llevas veinte años sin verlo y que posiblemente lo veas ya en el cajón de madera, si no te coge muy atareado.
Todo aquello que a cualquiera ha podido parecerle maravilloso, las tinieblas lo posee, porque todas estas cosas que parecen desarrollar la vida son a la vez tus enemigos. Oh, hijo que naciste tarde por los proyectos profesionales de tu madre, y tuviste que venir por fecundación in vitro. Después de haber prolongado la maternidad por más de diez años, ahora el alma de este niño se ha quedado sin polaridad. La polaridad del alma es como una puerta, que por un lado tiene escritos los genes del padre, y por el otro, los genes de la madre. ¿Por qué fluctúas? En una parte está la vida, y en la otra la muerte. Apiádate de ti. Mientras más alto te han levantado los dioses más fuerte será la caída. Todo lo que se regala en datos bloquea el imaginario de la conciencia, porque la ganancia del mundo es la pérdida del alma.
Toda reunión funesta, sin fundamento y que entrañe alcohol, drogas, ruidos musicales y sexo, es cautivar la salud y aumentar considerablemente el gran botín de las farmacéuticas, y el regalo más preciado que le ofreces a los dioses del mundo.
LA SOMBRA
Qué grande es la desgracia cuando eres entregado a la enfermedad, y hasta el alma más grande se pone de rodillas. Ojalá tuviera una espada y pudiera cortar de raíz tan vil manipulación. Pero los demonios están muy bien situados y Lucifer, el jefe de ellos, los maneja como un gran ejército de drones.
¡De qué hilo tan sutil está colgada tu débil vida! Te riega el manto de la oscuridad y una lluvia de mísera ignorancia te cae por el rostro inocuo. ¿Quién es el que con tanta tiranía y crueldad ha hecho este sorteo de asignar la enfermedad? ¿Con qué criterios lo hace?
Por cualquier duelo que llores, llorarán por el tuyo. Y sobre cada uno pesa sólo su propia alma.
Inmolado está ya Jesús habiendo sufrido la crucifixión para tu liberación. Ahora te toca a ti soportar la nutrida concurrencia de demonios del dragón, que como un vil juez, sin compasión, se cobra cada uno de tus pecados.
A veces la muerte será tu único anhelo, y puedes llegar a pensar que ya tienes un lugar preparado en otro sitio. Pero no es bueno llamar a la muerte, aunque no le tengas miedo y te enfrentes a ella.
Enfrentarse a la muerte ante una enfermedad grave es encomendarte al propósito de poder resolverla por la vía de las terapias naturales. A veces es preferible que se imponga la muerte, que vivir muerto en vida.
EL YO
¿Qué es lo que ha podido enfurecerte? ¿Huyes de la inquietud del ego? La aureola que antes rodeaba tu prosperidad se ha retirado, porque otro la ha tomado. ¿Por qué sobrecargas tu pensamiento, y andas errante mezclando la razón con la conciencia? Aún todavía no conoces la luz del día. Aún no te has soltado de las ataduras que te tienen atado al vientre de este mundo.
Ningún mal mayor que éste puede producir la Naturaleza. Siéntate en el lecho de la humildad. Porque nada hay nuevo bajo el Sol y las bolas de agua del Yo sólo hacen vomitar la conciencia.
¡Aplaca ese violento ataque de celos! Donde vanidad hay, la conciencia se tambalea. Para el Verbo es poca cosa el Yo. Es mejor el No Ser, porque ahí se encuentra las semillas de las cosas.
LA FELICIDAD
¡Dichosa vida! Lleva los despojos de los hijos que han sido despedazados. Para mí es de poca importancia. No me siento culpable de ello.
¡Qué puedo hacer yo! Siete guerras preparan ya los reyes del mundo, y como una negra nube de polvo irá cayendo sobre los pueblos. Los caballos de los fósiles quemados recorren el mundo de un lado para otro. Y el oro verde de la Naturaleza se resquebraja. Y las lluvias se vuelven torrenciales o desaparecen. Ha llegado el cambio climático y los desastres meteorológicos se multiplican. Y los pueblos pasan hambre.
Dormida está la conciencia. Ésta es la única vía que queda para la felicidad.
LA FUERZA SEXUAL
“Es sabido que la fuerza sexual es una fuerza misteriosa e inquietante que tiene la facultad de separar y de unir, según el plano en el que se actúe. Desde luego, no se trata de condenar y reprimir nuevamente la sexualidad, pero sí de dotar a una sexualidad entendida de forma puramente física de una <<apertura espiritual>> llamada, sencillamente, <<amor>>.
En resumen:
Sexualidad y amor son los dos polos de un tema llamado <<unión de contrarios>>.
La sexualidad se refiere al cuerpo y el amor, al alma del otro.
La sexualidad y el amor deben estar en equilibrio.
El encuentro psíquico (amor) se considera peligroso y angustioso, ya que atenta contra las fronteras del Yo. El énfasis en la sexualidad corporal hace que el amor pase a la sombra. En estos casos, la sexualidad tiende a hacerse agresiva e hiriente (en lugar de atacar la frontera psíquica del Yo se atacan las fronteras corporales y corre la sangre)”.
Fragmento de El sida.
La enfermedad como camino - Una interpretación distinta de la medicina
(Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke)
Los seis colores, los seis sabores, los seis cereales y las doce notas musicales, la claridad y la oscuridad, el calor y el frío, lo masculino y lo femenino, no son más que estados vibracionales que definen las cosas del Universo. El gobierno energético, activo e invisible, tiene como punto de partida el Cosmos, las mutaciones constantes que se dan debido a los movimientos cíclicos de las galaxias, que generan un estado continuo de transformación vibracional.
Una transformación cíclica, como, por ejemplo, el cambio de las estaciones del año, es una fuerza viva que forma un sistema armónico que incide sobre la anatomía atómica de algunos órganos afines a la estación.
En el primer mes de la primavera el Sol está en la constelación de Pegaso. El viento del este deshace el hielo, los animales hibernantes empiezan a moverse, los peces suben hasta la capa de hielo, los gansos salvajes, grandes y pequeños, regresan.
La esencia de los fenómenos que llenan nuestro mundo, son estados energéticos del espectro de la luz, que interactúan con los elementos físicos y los seres vivos de la Tierra.
Las dos fuerzas primordiales de las que surgen las mutaciones de la energía son los fotones que emanan del Sol, que moviliza natural y libremente los átomos de los seres vivos, y las interacciones químicas de los polos opuestos ejercidas por los astros.
Las manifestaciones del alma no son más que estados vibracionales determinados por esas fluctuaciones de la energía. Por ello, quien reconoce así su filiación y se queda con las reglas de la Naturaleza, sabrá cuidar mejor de su vida.
El aura vive la experiencia de la expansión. Se contempla lo invisible y se siente lo palpable. Está más allá de la neurona, profundamente unida a ella y manifestando sus procesos vitales como una hembra preñada que gesta el misterio de la vida en forma de desarrollo transcendental y metafísico. Estos procesos de cognición de las neuronas hacen posible reconocer nuestra parte creativa, sin que nada le produzca resistencia.
Para alcanzar la plenitud del aura tenemos que sumergirnos en el interior de las actividades y ello nos pone en contacto con el conjunto cósmico. Parecerá que sigues siendo el mismo, pero ya no te dejarás engañar por el mundo de la apariencia, y tu máscara del Yo se mantendrá alejada de la vanidad, y preferirás alimentarte exclusivamente de la Madre (el Verbo).
Las buenas costumbres son el medio de guiar al individuo hacia el bien. El instrumento que indica su posición adecuada dentro del conjunto del organismo es que las fuerzas se renueven constantemente, y no hay resistencia alguna cuando estás dispuesto a cumplir con una actividad.
Quien maneja así la vida es como un niño que afronta sus mayores retos sin reticencia, y que aguanta los mayores esfuerzos sin cansarse.
La Vida, aunque se manifieste limitada en el individuo, la acción metafísica de las actividades escucha a la Naturaleza, y las interrelaciones entre actividad y Naturaleza se establecen de tal manera que guían las curaciones hacia lo más profundo y rompen las patologías crónicas heredadas de muchas generaciones.
De esto se deduce que para promover una sanación auténtica sólo es posible mediante el desarrollo de las actividades de la rueda de la vida.
Con la misma naturalidad que las energías provocan síntomas, ello sirve para llevar salud al organismo, y cuando un organismo se vuelve asintomático, los caballos de guerra que luchan contra la enfermedad se han quedado en silencio. Entonces, la guerra es silenciosa y la está ganando la enfermedad y la muerte. El síntoma, más que nada, sirve para vislumbrar el sigiloso camino de la enfermedad, y debemos valorarlo como un elemento mágico que nos avisa de que hay un desorden en el organismo.
Reprimir los síntomas mediante fármacos o drogas es el camino del enredo patológico, y es una praxis insidiosa que está corroyendo el organismo.
La práctica del sexo genera “el sello de la vida plena”. El contraste entre la joya interna del alma, que personifica el amor de pareja, y el grosero, dulce, irresistible acto del sexo, lleno de esencias vibracionales, impone procurar una vida dulce y ociosa. Pero, en realidad, la práctica sexual tiene en sus manos los hilos que todo lo mueven. Estos son misteriosos e invisibles, y su naturaleza está originariamente en armonía con el Universo y sus leyes. Hay que ser prudente en entregar el cuerpo a alguien. El arte mágico del sexo puede desatar profundas pasiones. Para que no haya deseos exagerados que empujen hacia lo carnal prohibitivo, hay que procurar que los dioses con sus demonios programadores no hagan su entrada. Ciertos comportamientos contribuyen a ello. Los estereotipos condicionan situaciones que enturbian los criterios de la moral.
Retornar a la naturaleza de los arquetipos y abandonar la vía de los impulsos estereotipados, consiste en abstenerse de cualquier relación que pueda potenciar las tentaciones. El mayor problema de esto lo plantean las desavenencias de las parejas. A la soberbia o violencia de uno, el otro se ve abocado a buscar mesura y tranquilidad. El sentimiento humano siempre se deja llevar por los antagonismos afectivos, y en las desafecciones siempre va a buscar el afecto que le falta para poder llevar la vida hacia adelante.
Aunque la afinidad del alma de una pareja sea de un valor muy alto (puede oscilar entre 5 y 10, en una escala de 1 a 10), cualquiera de los dos puede darse de frente y relacionarse con otra persona con una tipología afín a ella y con una afinidad muy alta. Se trata aquí de un fenómeno que debe ser combatido con la doctrina y la ética, reforzando los arquetipos.
La gran fuerza primordial del sexo surge de las terminaciones nerviosas del pene y la vagina. Éstas poseen unas células altamente sensibles al cosquilleo, al roce y a la temperatura. Toda aspiración al acto sexual empieza con el deseo corporal. El Yo sexual fluye y, reunidos pene y vagina, la acción de la naturaleza del acto sexual se manifiesta en forma de cosquilleo altamente placentero que culmina con el orgasmo. Conviene subrayar que estos estados de excitación son acumulaciones vibracionales que obran muy positivamente en otras partes del organismo. El alma, más que nada, sirve para establecer el amor hacia la pareja, y el sexo con amor hace que la pasión perdure eternamente. Por el contrario, el sexo por el sexo, una vez terminado el acto, siente necesidad de desprenderse de la pareja.
Sería muy bueno practicar el sexo el mayor tiempo posible y de forma recurrente, pero debemos establecer la poción sexual idónea para cada tiempo y situación. Por encima de toda discusión a la hora de la conveniencia o no de practicar sexo, lo que marca el ritmo está relacionado con el deseo natural, sin obligarse a realizarlo. Así, cuando la gastrina se activa, el estómago pide comida, y cuando la testosterona se alza, hay que tirar para adelante sin contemplación alguna. Soñamos cuando dormimos, y estando despiertos se nos va la vista detrás de la silueta. Así se explica el empleo de ejercer el sexo. El organismo tiene resuelta la poción de testosterona que necesita la biomemoria de las neuronas y demanda el placer más poderoso de la vida, lleno y colmado de vibraciones y dispuesto a recorrer el organismo haciendo bienes.
Con extrema frialdad el mundo se ha dado a la práctica de la sexualidad, y el arte mágico alma-sexo ha sido reemplazado por un sexo desenfrenado, guiado sólo por la pasión. Estas disposiciones pasionales son, además, tan poco naturales, que no se eleva más allá de un pseudo-sexo. En la práctica actual del sexo, con preservativos, coito interrumpido, anal, masturbación, felación y utensilios eróticos, la diferencia entre la esencia de la práctica del sexo natural e íntegro y la apariencia del pseudo-sexo es que, en el sexo natural, la virtud de los estados vibracionales sale a la luz, mientras que, en el pseudo-sexo se inhibe.
La atención puesta en el gozo íntegro y potente de las mieles del sexo natural nunca podrá ser reemplazada por una sexualidad superficial y mundana.
Las vibraciones de la actividad sexual ejercen una acción muy importante en el sistema energético de la puntura, activando los receptores de las neurotrofinas. Éstas son unas proteínas receptoras, que captan fotones y vibraciones que son vitales para equilibrar la carga de los átomos, elemento primordial y principal para establecer la salud.
EL SÉPTIMO SELLO
“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora. Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.
Apocalipsis 8:1-5
INTERPRETACIÓN:
- “Se hizo silencio en el cielo como por media hora”:
El Cielo debe situarse cohesionado con el Árbol de la Vida, y purificarse. La base de toda evolución reside en aquello que percibimos del templo de Dios y que se manifiesta en el templo del hombre, “el cielo”, canal del Tao Conciencia Superior que rige funciones de la moral, lo mental, el mapa somatotópico de las enfermedades, la sabiduría del médico, la conciencia colectiva, lo cognitivo, el espíritu vital y de la Naturaleza, la música, el deporte y el trabajo.
Aunque el Cielo no estuvo cohesionado con la fuente de lo celestial, el Árbol de la Vida, no por ello, mantuvo un cierto grado de cohesión a través del Árbol de la Ciencia del Bien. La esencia de agua de vida que sale del templo de Dios, y llega al Árbol de la Ciencia del Bien es la vía limitada por la acción del pecado del hombre y que le permite tener con Dios un cierto vínculo celestial, sin llegar a una verdadera trascendencia, siendo el Árbol de la Vida la única vía auténtica para trasladar el reino de Dios a los hombres.
Para comprender el significado de que se hizo silencio por media hora, debemos entender que la ‘hora’ es la hora del Árbol de la Vida, el momento del Cielo íntegro. El Árbol de la Ciencia del Bien representa la media hora, porque está unido al Árbol de la Ciencia del Mal, y es por ello que debe hacerse silencio por media hora, anularse, porque ya lo que prima es la hora del Cielo, el Árbol de la Vida.
- “Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar”:
Son aquellos que ocupan una posición de conocimiento avanzado sobre la Alquinatura. En este caso se refiere a los que la estudian.
- “con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos”:
El hecho de estar estudiando Alquinatura hace brotar las creaciones propias del conocimiento celeste. Desde este momento, el espejo de la conciencia vive la experiencia de la apertura, y las puertas del Cielo se iluminan. El incienso es el aroma que estimula la Vis Medicatrix, la fuerza que mueve la tierra y que penetra profundamente en el Cielo, generando el equilibrio de éste. Es la fuente de la que se nutre, a través del Árbol de la Ciencia del Bien y de la Vida (10 Vis Medicatrix).
- “sobre el altar de oro que estaba delante del trono”:
Lo que purifica a los seres humanos es la magia de los colores que se obtiene a través de las actividades. Estos colores no dejan de ser estados vibracionales que activan y potencian los receptores del organismo.
De ello se deduce que para promover una mejora auténtica es necesario subirse en el ‘altar’, para realizar la transformación alquímica, transformando el metal en oro.
- “Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”:
Esto revela el estado del organismo, el ‘humo’, en la gran ciencia de la biomemoria de las neuronas madres que, en esencia, gobiernan todos los sistemas del organismo.
Las oraciones de los santos no son más que la obra de la persona, encauzada a la purificación y la santidad del organismo. Y para ello, nada mejor que la rueda de la vida.
- “Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra”:
Un río de desórdenes orgánicos se ha ido instaurando en el hombre a través de muchas generaciones y lo ha llevado hacia un estado de decadencia neurofisiológica. Así se explica cómo el hombre, con un ciclo biológico de ciento veinte años, sólo alcanza una media de ochenta, de los cuales la mitad de su vida sufre multitud de enfermedades. Aquí se impone una ley donde, la raíz de los desórdenes primero empieza en la biomemoria de las neuronas madres. Es de la biomemoria de la neurona de la que pende el organismo. Y si ordenásemos ésta, el organismo también se ordena.
El gran énfasis del ángel de Dios, pone el acento en establecer la información de la biomemoria, “fuego del altar”, arrojándolo a la tierra, 1 Vis Medicatrix (zona del canal de la Vis Medicatrix, tierra, que rige la biomemoria de todas las neuronas madres).
- “Y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”:
La nueva vía abierta al mundo para darle visibilidad al reino de Dios a través del influjo de la rueda de la vida, deberá ser reflejado y que de esa manera vaya tomando eco el modelo de vida Alquinaturista. El peregrinaje al monte santo siempre se hará de la mano de las actividades y la exposición de éstas debería servir de estímulos para todos aquellos que quieran elevarse al monte sagrado de la conciencia.
‘alquinaturavida.com’ es la página abierta a la sociedad que refleja una expresión arquetipada de un modelo universal apto y conveniente para todos los seres que lo componen.
La virtud más importante del hombre es la de estar abierto al conocimiento, y éste puede venir en forma de ‘trueno’, de ‘voces’ y de ‘relámpagos’. Así, los truenos nos alertan de algo nuevo, las voces nos sitúan dentro de un contexto cognitivo distinto, y los relámpagos son chispas que encienden la conciencia.
Después de esto habrá movimiento, un ‘terremoto’.


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